o incrédulo del caso sucedido,
o mal escarmentado,
¡oh peñasco atrevido!,
llevas a las estrellas frente osada,
de ceño y de carámbanos armada.
Debajo de ti truena,
que respeta tus cumbres el verano,
y allá en tus faldas suena
lluvioso invierno cano;
y donde eres al cielo cama dura,
das a Guadalquivir cuna en Sigura.
El Yelmo de Sicura
Monte muy alto al Austro
(silva, por Francisco de Quevedo, 1626)