¡¡Paremos de contaminar la Sierra!!

Al parecer, no basta con que las carreteras de la Sierra no sean aptas ni para ir en bicicleta ni para pasear, pues no hay arcenes: sólo vehículos de  motor y a la mayor velocidad  posible.

No basta con usar exceso de productos químicos para matar todo bicho viviente so pretexto de tener más cosecha.

Ahora, encima, se reanudan los vuelos de aviones militares. Ya hubo un accidente  (ver foto; el piloto, afortunadamente, se salvó) que provocó un incendio de 300 hectáreas en septiembre de 2009.

Foto: María González

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El olivo y las letras. Pilar Gascó

 

Desde la terraza 
contemplo el paisaje 
¡Paradisíaco! 
El mismo de siempre, 
olivos… olivos… 
Llanuras y montes 
de olivos robustos, 
de olivos tranquilos, 
soportan sequías, 
heladas y fríos, 
olivos perennes, 
como vuestro amor, 
como mi recuerdo 
que a través del tiempo 
(contribución de Esteban Padilla Vilches)

El olivo y las letras (8), Charles Maurras

 

Invocación al olivo
Anthinea, por Charles Maurras (1868-1952)
Que tu madera, olivo, reciba nuestro cántico, porque los primeros cayados de pastor de tí fueron hechos; los padres, reyes de pueblos, te adoptaron como cetro; cuando Tersites proclamó una confusión de poderes que hubiera degenerado en la anarquía, fue contigo con quien Ulises castigó al impúdico charlatán y a golpes de olivo fue recitada aquella inestimable doctrina: “el gobierno de muchos no es bueno, que haya un solo jefe, un rey…

El olivo y las letras. Azorín

Había que pasar por una llanada poblada de olivos; el camino, viejo camino, torcido, con altibajos, serpeaba entre los olivares. Nada más simpático que estos árboles tan serios, tan aparentemente tristes; sus hojas, perennes, son de color de ceniza; por un lado están brillantes, charoladas, y por otro son ásperas. Y el tronco varía según la forma que se dé al árbol; en Mallorca los olivos son altos, con el tronco retorcido, como atormentado; en Alicante los olivos son de copa baja, retorcida, y la cenicienta fronda casi toca los sembrados que entre los liños de olivos se extienden.
 
Un monje laico, por Azorín (en Ultramarinos). 27-XII-1931

El olivo y las letras 6

Paso de Las Aceitunas, por Lope de Rueda

(contribución de Esteban Padilla)

Agueda:  ... y os aseguro, marido, que nunca se os ocurrió plantar ese renuevo de aceitunas que rogué que plantásedes.
Toruvio: ¿ Pues en qué me he detenido sino en plantalle como rogastes?
Agueda: Calla, marido, ¿y adonde lo plantastes?
Toruvio: Allí, junto a la higuera breval, adonde si se os acuerda, os dí un beso.
Mencigüela: Padre, bien puede entrar a cenar que ya está adrezado todo.
Agueda:     Marido, ¿no sabeis qué he pensado? 
Que aquel renuevo de aceitunas que   plantestes hoy, que de aquí á seis ó siete                       
años  llevará cuatro ó cinco hanegas de aceitunas y que poniendo plantas acá y planta acullá de aquí a veintey cinco ó                     
treinta años terneis  un olivar echo y drecho.