Invocación al olivo
Anthinea, por Charles Maurras (1868-1952)
Que tu madera, olivo, reciba nuestro cántico, porque los primeros cayados de pastor de tí fueron hechos; los padres, reyes de pueblos, te adoptaron como cetro; cuando Tersites proclamó una confusión de poderes que hubiera degenerado en la anarquía, fue contigo con quien Ulises castigó al impúdico charlatán y a golpes de olivo fue recitada aquella inestimable doctrina: “el gobierno de muchos no es bueno, que haya un solo jefe, un rey…”