Juan Gelman, un poeta argentino, judío (jugó también con las palabras en ladino y en yiddish), «oficio ardiente» le llamaba a su trabajo, que no conoció el odio, a pesar de que la vida y la historia le dieron motivos para tenerlo. Sus versos nos ayudan a vivir pues nos hablan de los grandes temas de la vida: el amor, la ausencia, nuestro lugar el mundo, los hijos, el prójimo.
huesos que fuego a tanto amor han dado
exilados del sur sin casa o número
ahora desueñan tanto sueño roto
una fatiga les distrae el alma
por el dolor pasean como niños
bajo la lluvia ajena/una mujer
habla en voz baja con sus pedacitos
como acunándoles no ser /o nunca
se fueron del país o patria o puma
que recorría la cabeza como
dicha infeliz/país de la memoria
donde nací/morí/tuve sustancia/
huesitos que junté para encender/
tierra que me entierraba para siempre
(Nota XXII) De Notas, 1979