Poesía en el Sur. Olhão, Algarve. Portugal.

La pequeña ciudad blanca de Olhão, en el Algarve, ha acogido la tercera edición del encuentro otoñal de poetas que organiza Fernando Cabrita, Poesía a Sul. Entre ellos, autores como Gastão Cruz, Nuno Júdice, Ignacio Vázquez Moliní, Manuel Moya (que, además, es el gran traductor de Pessoa, entre otros, como él dice, un poco contrabandista de versos).

Entre ellos figuraban poetas de la cercana Sierra de Aracena, como Manuel Moya o Mario Rodríguez, el brasileño Cláudio Guimarães dos Santos, de largos cantos llenos, plenos de sugerencias y evocaciones en su Coleção de Epifanias, o el francés François Luis-Blanc. No se pueden mencionar todos, pero el lector puede descubrirlos en la información en internet, Poesia a sul.imgres

Ha habido música, cantos, pintura, reuniones con editores de poesía como Cal, de Sevilla (www.revistacal.es), o Canal Sonora, algarvía, de Pedro Jubilot (Canal Sonora), hay intercambio de libros y poemas.

Reunir poetas no es fácil. Los poetas trabajan, evidentemente, en otras cosas que les permiten vivir, aunque sea frugalmente. La poesía es un gasto, no una inversión. Por eso es libre y no se sujeta a modas ni compromisos culturales ni políticos. Esto, en tiempos de barreras e identidades que creíamos olvidados, es muy de agradecer. Como dice uno de los poemas de Ignacio Vázquez, «no me importan las banderas / que enarbolas por las calles (…) ni que cualquier palabra / que digas en tu idioma / la creas más concisa …»

Fernando Cabrita, poeta él mismo, de Olhão, lleva años esforzándose en juntar poesía y poetas. Y lo consigue, gracias a una tenacidad, organización y generosidad poco comunes. Lo que ha creado Fernando Cabrita es algo bastante insólito en el mundo de los poetas: el apoyo mutuo, la ayuda mutua, casi salido de un ideal de Kropotkin. En efecto, entre los poetas presentes, unos traducen a otros, al español, al portugués, al francés, se prologan, se editan, se publican, se interpretan, unos se presentan a otros.

La generosidad de un ayuntamiento proclive a la cultura, el clima suave, las vistas de una costa bastante bien preservada de la codicia inmobiliaria, hacen de Olhão un puerto de abrigo de la creatividad artística.

 

Anuncio publicitario

Léon Dierx, amigo de Mallarmé, un poeta –injustamente- olvidado.

Deberíamos crear en la red un club de los poetas muertos. No sería muy distinto a una “Société des poètes français”, o a una Lista de sobrevivientes, como dijo otro admirador de Dierx, el inefable Paul Fort.

Cuando descubrimos un poeta así nos preguntamos dónde irán a parar muchos poetas actuales, magníficos, pero que la Fama y la Posteridad abandonarán a su suerte. Muchos poetas, como muchos pintores, fueron oscurecidos por sus contemporáneos o por sus descendientes. En Francia, Apollinaire, Reverdy, Aragon, Eluard, Char, tantos otros hicieron que se olvidasen otros anteriores, si menores, muy dignos y evocadores.

Como ya está en el dominio público, se pueden leer sus poesías en www.gallica.bnf.fr, la página de la Biblioteca de Francia, de acceso no libre, sino libérrimo.