El desequilibrio de la Balanza comercial hispano portuguesa
es revelador. Portugal compra a España el doble de lo que le vende[1].
Del mismo modo, en la misma o mayor proporción, hay un enorme déficit cultural así como un gran desequilibrio editorial. Los periódicos y los libros españoles están por doquier en librerías y quioscos en Lisboa y Oporto. Intenten encontrar un diario o un libro portugués en Madrid, ¡buena suerte! En materia de poesía es aún más evidente; e injustificado, pues el lector español atento podría leer el portugués sin casi precisar de traducción, porque se pueden apreciar perfectamente, el ritmo, el acento, la sonoridad de la poesía portuguesa.
Así sucede con el poeta, escritor y ensayista Jorge de Sena,
una persona independiente, libre y, como tal, inconfortable, poco conocido en
España.
¿Cómo apreciamos hoy a Jorge de Sena? De un lado, resaltemos
una serie de paralelismos históricos con nuestro país. El fue un exiliado
voluntario la dictadura salazarista. Tras el 25 de abril de 1974 ya no
volvería, falleciendo en los Estados Unidos.
Hay dos Senas, el de consumo inmediato con sus poemas de
intervención o imprecación, de proclamas, y el poema sereno, lento, más duradero.
Su poesía civil, escrita en un contexto político
internacional de hace más de cuarenta años, podría ser considerada por algunos
algo pasada, pero nos sirve para descubrir mejor su personalidad como alguien
políticamente comprometido y siempre independiente de capillas y partidos.
Para tener una visión completa de Sena hay que leer su poesía completa, que es como leer su autobiografía. Incluso con ese tremendo, amargo, Epitafio, escrito –muy prematuramente- en 1953, que termina:
Por eso fui amado con lágrimas y llantos
del mucho amor que a la nada se dedica.
Nada fui, de mí no queda nada.
Y lo que no merezco es lo que me queda.
Si en mis lugares, no obstante, me buscáseis
la nada que encontraréis
soy yo y mi vida.
En España es sólo conocido, significativamente, por su
novela Señales del fuego, un relato de su educación sentimental y
política con el trasfondo de la guerra civil española, que tanto interés –algo
morboso, me parece- sigue suscitando en Portugal. Personalmente, pienso que no
es su mejor novela y prefiero sus ensayos y su poesía[2].
¿Cuál es el propósito de Sena? El mismo nos lo dijo en un
prefacio de 1960: expresarnos responsablemente, prestar testimonio del mundo
que nos rodea, “sacrifiqué alabanzas, posición y algo más (…) por la dignidad
de nuestra época”.
Enlaza con Camões, de quien fue no sólo admirador, sino un
gran experto, entre muchos en su poema sobre Mozambique, así como en sus sonetos
(por ejemplo, en As evidências.
La dimensión musical y la temática musical son un pretexto
para su poesía de comunicación, que es también a la vez, de conocimiento. El
sostuvo más la poesía como medio de conocimiento que como medio de
representación. Así, America, America, I
love you, o Ray Charles. Sus
poemas sobre música unen el sentido y el sonido, como el magnífico Water music de Händel, que hay que leer
en voz alta para apreciarlo en toda su dimensión lírica. Hay también en su
poesía un ancho espacio para el erotismo, el deseo, adolescencia (Sinais de Fogo), como en sus Sete sonetos da visão perpétua, o los Post Metamorfose, Variação I e II; o en Pan-Eros.
Sena, gran cosmopolita, como tantos compatriotas suyos,
vivió en varios países, sobre todo en Brasil y en Estados Unidos. Conocedor a
fondo de la literatura anglo-sajona, también conocía muy bien Francia y la
cultura francesa, como demuestra su admiración por Péguy y Paul Fort, por René
Char, Valéry y muchos otros. Su familiaridad con la poesía francesa se
evidencia en muchos poemas, por ejemplo en Chartres
ou a pazes com a Europa. Pero también poseyó una gran cultura española –esa
que tantos portugueses poseen frente a la poca cultura portuguesa de los
españoles-, que se desvela en poemas sobre Goya o la Mezquita de Córdoba.
Gran versificador, maestro de la sonoridad y el ritmo
incluso en sus versos libres, hay que leer y releer para mejor apreciar lo que
está detrás de sus versos y estrofas. Pero sin anatomizar sus poemas ni
diseccionarlos, que es algo parecido a una autopsia, esas “glosas escolásticas”
que tapan más que iluminan.
Un cierto amargor se cuela a veces en sus poemas porque se sintió, con razón, algo relegado, como leemos en Exorcismos, 1972, Aviso de porta de livraria, o el tremendo O desejado túmulo, de 1971.
Es preciso que en España ahondemos en la literatura
portuguesa más allá del tándem Pessoa-Saramago, esa hegemonía avasalladora que
nubla a todos los demás poetas y escritores. Pessoa, incluso, para nuestra
desgracia, se ha convertido en un reclamo turístico algo patético, con
merchandising, objetos, camisetas e incluso una estatua en el Chiado de Lisboa que
sirve para que se hagan fotos risueños turistas que no saben ni quién era. Algo
parecido a esos ayuntamientos manchegos que se reclaman de Don Quijote, se
inventan letreros y gastronomía, aunque se cuenten con los dedos de la mano los
que han leído la novela.
No se trata de Jorge de Sena solamente, sino que hay muchos
poetas portugueses prácticamente desconocidos en España, como Ruy Belo –que
vivió en Madrid y escribió muchos poemas sobre esta ciudad-, e incluso Sophia
de Mello Breyner, Ruy Cinatti, Herberto Hélder o Eugenio de Andrade, o el mismo
Fernando Assis Pacheco, que conocía España su cultura, sus ciudades, sus vinos
y comidas mejor que muchos de nosotros y no ha merecido apenas alguna reseña en
nuestro país. Y también escritores, como Rodrigues Miguéis o Almeida Faria, el
primero totalmente inédito y el segundo con muy pocas obras traducidas al
español.
Queda en el tintero otro artículo sobre este desconocimiento
primario de las literaturas de expresión portuguesa de que adolecemos en
España, como sucede también con la brasileña, en parte porque fue excluída de
nuestro “boom sudamericano” de hace medio siglo, que solamente se centró en los
que escribían en español.
[1]
Portugal vendió a España en 2017, por valor de 12.200 mil millones de euros y
compró por valor de 24.200 mil millones de euros. Hay un déficit comercial muy
elevado, y más si tenemos en cuenta que España es el primer proveedor (32% de
la importaciones portuguesas vienen de España, frente al 14% de Alemania y 7,8%
de Francia).
[2] La
única Antología de poemas de Jorge de
Sena publicada es de Martín López Vega, en Pre Textos, 180 páginas, 2013, y
representa solamente el 10% de la obra poética del autor y, como todas las
antologías, es necesariamente limitada y subjetiva.
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