El poeta catalán Salvador Espriu (1913-1985)

Salvador Espriu

Salvador Espriu (Photo credit: rofi)

Salvador Espriu nació hace cien años (+1985). Su poesía en catalán es ya un canon clásico. Siempre con un sólido sentido religioso y ético, sus versos son un estímulo para el espíritu además de un regalo para el oído, recitados en catalán.

De su libro La pell de brau –La piel de toro- (1960) son los siguientes, casi premonitorios de la crisis económica y moral por la que atravesamos y de lo que se debería hacer para superarla (justicia, honestidad y trabajo):

Avui la paella xauxina a foc lent,

davant les obertes boques de la fam dels fills,

l’escassíssim xanguet que vàrem heure,

enmig del bàtec i de les fortunes del mar.

Els peixos són tres, com els peus del braser,

i designem els uns i els altres amb els noms

–que escrivim amb una lletra clara i prou petita-

de justícia, i honestadat, i treball.

I convidem a taula els jovens que badallen

i els mostrem imperativament el magre menjar,

perquè calmin amb ell una mica la gana

i puguin encendre després, amb els dits balbs,

havent ja obert a l’aire i a la llum les obligades golfes,

els primers i eterns carbons en el braser dels tres peus.

 

Hoy la sartén crepita a fuego lento,

ante las bocas hambrientas de los hijos,

la magra borralla que tendrán

en medio del chubasco y de la fortuna del mar.

Los peces son tres, como los pies de las trébedes

y los denominan unos y otros

–que escribimos con letra clara y bastante pequeña-

justicia, honestidad y trabajo.

E invitan a la mesa a los jóvenes que bostezan de hambre

y les muestran así la escasa comida,

para que con ella calmen algo las ganas

y puedan encender después, con los dedos ateridos,

una vez abiertos al aire y a la luz los forzados desvanes,

los primeros y eternos tizones en el brasero de tres pies.

(Versión de  J.-A. Ruiz Baudrihaye)

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El olivo y las Letras 11. Antonio Machado

Esteban Padilla Vilches, de Rus, nos ofrece otro poema, encontrado entre los versos de don  Antonio:

… Olivo solitario
lejos del olivar, junto a la fuente
olivo hospitalario
que das tu sombra a un hombre pensativo
y a un agua transparente,
al borde del camino que blanquea,
guarda tus verdes ramas, viejo olivo
la diosa de ojos glaucos Atenea
….
… y con tus ramas la divina hoguera
encienda en un hogar del campo mío,
por donde tuerce perezoso un río
que toda la campiña hace ribera
antes que un pueblo, hacia la mar, navío

El olivo y las letras. Azorín

Había que pasar por una llanada poblada de olivos; el camino, viejo camino, torcido, con altibajos, serpeaba entre los olivares. Nada más simpático que estos árboles tan serios, tan aparentemente tristes; sus hojas, perennes, son de color de ceniza; por un lado están brillantes, charoladas, y por otro son ásperas. Y el tronco varía según la forma que se dé al árbol; en Mallorca los olivos son altos, con el tronco retorcido, como atormentado; en Alicante los olivos son de copa baja, retorcida, y la cenicienta fronda casi toca los sembrados que entre los liños de olivos se extienden.
 
Un monje laico, por Azorín (en Ultramarinos). 27-XII-1931